lunes, 28 de septiembre de 2009

Patronato 1 - Su hijo Pingüi 0




Por el frio que trajeron nuestros hijos del sur provincial, este gurí rojinegro tuvo que taparse con estos cálidos colores.

Para que no queden dudas, vinieron todos, a ver quien cuenta.



Una vez más los hinchas del santo entrerriano presentes, pese al frio pingüinesco.

Y, la verdad verdadera, mi amigo, es que hacía un frío de cagarse. No es que hacía mucho frío, ni que estabas congelando, no señor, nada de eufemismos; era un frío DE CA-GAR-SE. Es raro, pero siempre que vienen ellos, ahí atrás viene el frío y la lluvia triste.
Y si, como te cuento, costaba estar ahí en la tribuna. Con ese frío, con esa lluvia que hacía que los gurises se escondieran atrás de los trapos...con ese viento que te rajaba las banderas. No fuimos tantos como otras veces, mi estimado: esta vez fuimos los que somos bien hinchas nomás. Pero tanto de un lado como de otro.
Y ahí ves la diferencia, lo que hace que nos dé asquito la idea de sus colores: mientras nosotros, con todo eso, igual pasamos las 10.000 almas al son de un griterío demencial...¿ellos? 90 sordomudos.
Y te da bronca, gurí, te da bronca. Todo el año esperando el partido, che, todo el año...¿y para qué, decime? ¿Para putear a un grupito de viejos chotos y nenes de pecho con un redoblante miserable? No te dan ganas, m'ijo, así...si ni duelo de hinchadas podés hacer, porque además de irse antes, ni las canciones se saben (ah, pero la coreo les sale como a un grupito de bailarinas clásicas)
Igual, el triunfazo se disfrutó igual. Por más murga que haya sido el equipo de ellos (nota: Marzo, esta vez zafaste), por más tristemente vendehumo que sea su técnico...que lindo, che, que lindo ver como tocaba nuestro equipo...como la muralla Andradezuvinikariana le hacía dormir una siestita al Seba...Cómo corren todos, como pone huevos hasta el Pipo Echagüe, el mágico (bien, pibe, por fin se te dió). Es imposible no alegrarse con ese eterno ídolo de tamaño pequeño, que merece estatua de oro con ribetes de plata: el Pulga Díaz, para todo el pueblo argentino y futbolero. Y encima, por fin tenemos un técnico que sabe lo que es Patronato, y que entiende lo que es jugar con diversión, que es como le gusta al hincha rojinegro...
Y es lindo, al final, y te ilusionás, y te chupa un huevo el frío y la puta televisión, y esa hinchada miserable ahí enfrente (y te morís de risa de pensar en la cara de los giles que se quedaron allá, calentitos y callados); y te das cuenta que estás donde querés, con tu gente, con tus gurises, alentando al más grande de Entre Ríos, a esa camiseta rojinegra que te llena de emociones, y que hoy, ganó otra vez.

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