domingo, 6 de febrero de 2011

Revancha por costumbre.

¿Podés creer? Yo tenía algunos recuerdos de esos días, si, si, algunos borrosos, otros de a partes, otros que ya no sé si son recuerdos de recuerdos - como dijo alguien en una película -, pero nunca imaginaba que al ver esto se me vendrían a la mente recuerdos muchísimos más nítidos que los que pensaba, hasta ese momento, tener. Esas noches en vela, mirando al techo, pensando en esa maldita forma de plantear los partidos que tenía Frank Darío, en los abrazos con el de al lado en cada gol de Mar$o o de Brittez a ellos, en esa sensación que te recorría todo el cuerpo cuando sentía las gotas de sudor frío cada vez que el grandote de pelo largo agarraba el balón cerca del área (o lejos también, siempre nos fue un peligro), en los gritos del canoso a mi derecha que decía a viva voz: “Que feo que es jugar con estos, ¡por favor!” pero que susurraba bajito lo lindo que es ganarles siempre. El reflejo del sol a las 11 de la mañana en sus camisetas de colores tan feos como llamativos. Aquel viaje, ese colectivo, ese preciso instante en que se escuché un estallido y nada más, y mirando hacia el piso sentía como la ilusión chocaba contra lo impensado y se rompía en mil pedazos. “1 de 6, la madre que lo parió, 1 de 6”, decían con lágrimas en los ojos y un puñal en el corazón las personas que pasaban al lado mío, mientras yo, arrodillado, intentaba buscar algún motivo para levantar la cabeza y volver a mi asiento, a mi colectivo y a volver a retomar las esperanzas.



Pasó un tiempo, si, no sé si largo, tal vez ni siquiera corto, “un tiempo”, digamos; y con él decepciones, festejos, jugadores, comisión directiva y hasta 3 técnicos diferentes, pero en el fondo éramos los mismos de hace unos años atrás, los mismos que teníamos una espina clavada, todavía. Porque vamos, seamos sinceros, la espina no era sólo por la final, la espina era por ese “1 de 6”.

Ha de ser raro de entender, para el que lo vive de afuera, cómo en una reunión de amigos previa a el partido no se habló de la paternidad, ni de la diferencia de partidos a nuestro favor, ni mucho menos de ese día que todos nos acordamos.

Se volvían a enfrentar, otra vez, en otra categoría diferente, Patronato y el Boca correntino.


(LES DEJO UN PREVIEW, APLIARÉ LUEGO DE ESTUDIAR. PARA VOS FACU, YOU GOT IT INSIDE)






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