

El trapo grande, muestra de quienes somos, y la barra fuerte siempre alentando.

Podemos ver al mágico Colorado Zuvinikar, que una vez más hizo despliegue de su talento para mantener sólido el fondo.

El momento del 2-0, al lado de la mano del perplejo 9 visitante, puede verse como la pelota está por entrar en el arco para sellar el enceuntro, la escasa hinchada visitante, anonadada.

El festejo, nada que decir.
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