Y acá estamos, en la ruta, cansados y bastante malhumorados. Yo vengo con sueño: me pasé toda la noche anterior haciendo un trapo que ni siquiera alcanzamos a colgar.
Del partido,¿que decir? Patronato jugó mal, muy mal. Para ser sinceros: ellos nos pegaron un baile bárbaro en la cancha. A excepción del "León" (otro calificativo no le cabe) Prono, el GIGANTESCO Andrade y las ganas de Jara, el equipo dió incluso un poco de pena por algunos pasajes. Tempesta, estás a tiempo, hombre. No es malo saber reconocer los errores, a veces.
Seguimos en la ruta, y me voy sintiendo mejor. ¿Y porqué? Acabamos de perder un clásico, eso pondría depresivo a más de un hincha.
Pero es que el clásico lo perdimos solamente en el pasto; en el tablón hubo paliza del Negro.
Lunes (día laborable), 22:00, en el cajón de manzanas. 400 hinchas rojinegros (y SOLAMENTE rojinegros, no como otros...), que aún perdiendo 2 a 0, con el partido definido, acallaron a 3500 pingüinitos imbéciles, que ni siquiera ganando cantaban en la popular (ni que hablar de las plateas). Que emoción, señor, ver a los pibes de Patrón saltando como si estuvieramos saliendo campeones, gozando y festejando por el solo hecho de ser hinchas del más grande de Entre Ríos. Que alegría del alma, que regocijo al corazón, saber que hasta los abuelos gritaban como el que más, dejando garganta y corazón...saber que esa hinchada va a estar siempre, ahí, firme.
Los resultados pueden variar...¡pero que lindo que es ser hincha del Negro, carajo!
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