lunes, 1 de febrero de 2010

96 años de gloria y un partido para olvidar.

Entraba Patronato a la cancha y se desataba la fiesta en la tribuna, caían papelitos y volaban rollos de papel mientras el grueso de la hinchada rojinegra hacía su ingreso. A priori, eso iba a ser un partidazo.. Claro, ambos invictos, ambos con un nivel de juego algo superior al resto de los equipos del grupo. Los dos venían de ganar sus respectivos encuentros. Nada podía salir mal, nos esperaba un encuentro “de época”.

“La que te alienta, de corazón, esta es tu hinchada que te quiere ver campeón” retumbaba en los tablones mientras hacía su ingreso el equipo con indumentaria parecida a la de Papá Noel y con un delantero que, de hecho, era Papá Noel.

Arrancaba el partido con todo el nerviosismo y la emoción que la previa del encuentro generó .. Pero .. 15 minutos del primer tiempo, lo único divertido que había en la cancha era el pelado que estaba un par de escalones más arriba que yo – “Schiaviiiiiii, Schiaviiiiiiii, sos el fracaso de la familia. BBBBBBBBBBoludo” gritaba el señor cada vez que el central del equipo bonaerense tocaba el balón.

Patronato era un equipo errático y por momentos dubitativo, con imprecisión en los pases, gambetas que no salían e intentos de ataques que terminaban en nada. Rivadavia era eso, nada. Nada de nada. Un fantasma vestido de rojo y blanco que correteaba por toda la cancha sin saber en realidad qué hacer.

Por ahí, y como quien no quiere la cosa, aparecía Espínola desplegando un poco de fútbol por la banda izquierda, intentando descargar para Britez o Jara, o bien disparando desde media distancia. Y por ese medio llegó el gol de Patronato. Aparecía el Gabi Graciani, a los 27’, sorprendiendo a toda la defensa visitante, para meter un pelotazo al área que rebota en un defensor y se mete a paso lento dentro del arco escurriéndosele al arquero. La cosa estaba 1 – 0 y estaba bien, a pesar que el partido era feo el Santo se lo merecía, por querer, por lo menos, jugar al Fútbol.

Ya con el resultado puesto Rivadavia de Lincoln fue en busca del empate, generando, por momentos, cierta inquietud a la defensa y a la gente que estábamos allí presentes, pero sin llegar a poner en verdadero peligro el arco defendido por el gran Bértoli.

El partido era tan malo que en el entretiempo no hablé con nadie sobre este. Es que no había de que hablar.

En algún momento del primer tiempo, más que nada sobre el final, nuestro equipo nos hacía pensar que la cosa iba a mejorar, que por fin iba a volver el buen manejo de la pelota y el buen fútbol que veníamos teniendo en los últimos encuentros. Pero me equivoqué, como era de esperarse.

Segundo tiempo, Rivadavia buscaba, Patronato cortaba en mitad de cancha, Patronato buscaba, Rivadavia cortaba en mitad de cancha. Y así estábamos .. De vez en cuando surgían un par de jugadas que se acercaban al área pero que la pelota terminaba en la tribuna. Ninguno de los dos generaba situaciones de peligro, ni siquiera inquietaban.

Con la idea de darle un poco de movilidad al encuentro Fuentes mandaba a Devallis a la cancha, salía Urresti, quién se había quedado sin piernas tempranamente, debido, seguramente, al desgaste físico que produce jugar miércoles y domingo y con viajes tan largos. Pero poco pudo hacer el volante cordobés, al igual que Nico Bianchini, que había entrado un rato antes por Espínola, con el objetivo, al igual que Devallis, de darle un poco de juego por los costados al rojinegro.

Desatenciones en la defensa Santa hicieron que Rivadavia se acerque un poco más al arco de Sebastián. Sin peligro, pero cerca al fin. “Nosotros alentamos, ustedes pongan huevos, vamos, vamos los Negros, vamos no nos quedemos. Vamos no nos quedemos.” – aturdía el aliento de la gente.

27’ del complemento, pase entre líneas para un jugador que estaba en offside y gol de Rivadavia. Santa Clauss nos empata el partido. “Pero si yo me porté bien, ¿Por qué me hacés éste regalo?” dijo el hombre calvo que nombré unos párrafos antes, pero yo ya no podía reír.

Finalizando el encuentro Leclerc y Bianchini se molestan y ninguno de los dos alcanza a definir bien, se perdían el gol, tapaba el arquero y el partido que se terminaba.

1 – 1 con gusto a 0 – 0. Nada de fútbol y, obviamente, nada de “esa suerte” que a veces se tiene.

El domingo, una parada difícil contra Juventud Antoniana en Salta, por el Interzonal.

¡A ganar como sea Patrón!








1 de febrero día glorioso si los hay, es que el día de la fecha se cumplen 96 años del nacimiento de nuestra queridísima institución. El mas grande de la provincia llega a los 96 años de vida con una baúl lleno de recuerdos, vivencias, anécdotas, alegrías y
Tristezas. Este año nos encuentra con una ilusión renovada, con el corazón lleno de esperanzas y la mente plagada de ideas de como hacer mas grande a nuestro queridísimo patrón. Lo principal es canalizar todas estas ganas en una sola dirección y tirando todos para adelante.
Nadie hace un par de años, que estuviera en su sano juicio iba a imaginar el presente que estamos viviendo siendo protagonistas en el torneo Argentino A y teniendo (por lo demostrado en el torneo anterior) que salir a ganar en todas las canchas... Ojo que no es conformismo sino que es ser realistas hoy por hoy estamos bien pero muchachos esta institución esta para cosas más grande creo firmemente en el grupo de dirigentes y además creo en la gente que sin importar nada todos los domingos puebla las tribunas con los colores rojo y negro donde sea, así juguemos e Rafaela o en salta. El equipo nunca esta solo y eso es algo que también debería de ponernos orgullosos.
Son 96 años de amor y locura, que ojala sean 200 años mas, salud pueblo Rojo y Negro muy feliz cumpleaños, Festejemos un nuevo año sigamos como hasta ahora pero redoblando esfuerzos para hacerlo un poco mas grande a el querido Santo de calle Grella

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